No es por lo que pasó el viernes, nadie se psicopatee, please. Ando con una mano preparando las cosas para irme a Marcos Juárez, y la otra se la presté a una de mis hermanas. O sea, no tengo manos para escribir.

No, en realidad sí voy a escribir, pero no voy a postear por el momento. Cuando llegue el momento, todo saldrá a la luz, dejarán de extrañarme y hasta sentirán que puedo romper los ovarios o las pelotas con tantos escritos. Eso no quiere decir que deje de leer sus blogs ni de escribir comentarios. Pero, por lo pronto, no habrá nada nuevo en éste.

Besos. No me extrañen que no es para tanto.

Para aquellos que siguen mis aventuras en los distintos blogs ya sabrán a qué me refiero.
Para los que no, resumen de lo acontecido:
escribí un artículo. Y entran a caer comentarios. Se sabe que si se deja la puerta abierta puede entrar cualquiera. Y decir cualquiera, como en el blog de Peri. Pero jamás hubiese esperado que alguien defendiese a la persona "mala" del artículo. Menos que menos alguien en particular. Y me calenté.
¡Escribí mal, entendieron todo mal! Latigazo a lo Mari. Y borré el blog... en realidad lo corté y lo pegué en el word... caliente, sí, pero no estúpida. No lo iba a borrar del todo, porque a mí me gustaba cómo estaba escrito, a pesar de que la gente había entendido cualquier cosa.
Y justo cuando lo saqué, Mari llega a los gritos, pateando en vez de pedir permiso... y dice exactamente lo que quería oir.

Alto, entonces. Eso quería decir que lo que yo había escrito no estaba mal escrito. ¿Por qué Mari lo entendió y otros no?
Me rasqué la cabeza y sin pensar llegué a la conclusión de siempre: porque algo escrito no sólo es la escritura, sino la lectura. Y cada uno leyó lo que le pareció. O interpretó según la cuerda que le tocó. Pensé que, inocentemente y sin querer queriendo, toqué un tema que tal vez afecte a más de uno, a algunos con más fuerza, a otros que no quieren admitir que les jode, pero en el fondo sí...
Y cuando vuelvo a ver si la borrada había generado polvareda, resulta que justo la gente que había escrito comentarios que me habían... sacado de quicio es demasiado... irritado, digamos, habían vuelto a escribir y confirmaban mi teoría!!!!! Pero, claro, no lo hubiera sabido si no hubiera sacado el artículo de circulación... por unas horas, porque lo volví a poner a pedido del público.

En conclusión, a vos te digo, pebeta, la que estás escribiendo, no te tomés tan a pecho lo que escriba el resto y no te sorprendas si gente que te parecía que era de tal manera no parece serlo unos días después. Lo más probable es que lo siga siendo, pero cada uno tiene sus mambos y esos son misterios que iremos descubriendo con el pasar de los meses, con suerte. Mucha gente, Mari a la cabeza, pone el alma en estos blogs, pero hay gente más huraña, tímida o que sencillamente no quiere escribir lo que pasa en su interior, y vamos a tardar más en entender por qué ruta están transitando.

Ahora que hice las paces conmigo misma y, espero, que con ustedes también, me voy a comer una galleta marinera con dulce de higo casero. ¡Salud!

Cuatro mujeres, de entre 19 y 32 años almorzando juntas. Terminan la comida, una se va a lavar los platos, otra (yo) termina su gaseosa, la otra no sé que hacía.

Salgo al balcón; era un hermoso día soleado. No suelo salir a ese balcón, no sé por qué. Tal vez porque es el centro, mucho ruido de tránsito, bocinas, y toneladas de smog flotando alrededor. Miro para un lado, miro para el otro, miro para abajo, estoy por entrar... y miro la ventanita del baño, que está justo al lado del balcón. ¿Esa cosa marrón peluda con esa otra cosa negra abajo es lo que creo que es?


(grito desaforado, a lo Luisa Lane cayendo del edificio del Daily Planet en Superman I).

Cuatro mujeres, desesperadas, dando vueltas, pensando qué hacer. Cerrar la ventana: no, aplastábamos al bicho. Pero, alto, ¿un murciélago durmiendo al sol? Debe estar muerto. ¿Seguro? ¿Quién quiere arriesgarse? A tomar todas las precauciones como si estuviese vivo, entonces.

Cerrar la ventana: no. Si el bicho estaba vivo se podía meter adentro del baño, y andá a sacarlo.
Darle un escobazo para tirarlo a la calle: suena bien, pero ¿y si sale volando y se mete adentro del baño? O, peor aún, ¿y si sale volando y se te tira encima? No surgieron mejores ideas, adelante, sigamos con el escobazo.
La dueña de casa decide pegarle desde adentro del baño. ¿Estás loca? Si se asusta y se mete al baño, te encerramos con el bicho ahí, para que no vuele por el resto del departamento. Si le pegaba de afuera y el bicho entraba al baño, bueno, ahí quedaba. Y el baño, clausurado hasta llamar a un especialista en el tema.

Una de mis brillantes ideas: tapemos la ventana con un plástico, así no puede entrar y la única posibilidad es que salga para afuera. Claro, yo no puse el plástico. Yo planeo, no ejecuto.

No había plásticos suficientemente grandes, así que juntaron dos y cuidadosamente los pegaron en la ventana. La dueña cambió la escoba por un secador de piso. Y las otras tres, cobardes, cerraron la puerta del balcón tras ella.

"Estaba muerto, cuando lo aplasté estaba como vacío", dijo la Cazavampiros. Digo, cazamurciélagos.

Cuando bajamos, ahí estaba, estrolado después de una caída libre de 8 pisos. Bueno, no muy estrolado. Se podía ver, mejor que cuando estaba en la ventana, las alas, las patitas, la cabeza, las orejitas. Un asco, digamos.


* bah, de murciélagos

Y me bajé una parada antes de la habitual, después de haber viajado sentada entre borrachos y que un superhéroe me pidiera que fuese su novia.

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Era el cumpleaños de una amiga. Y si bien ella lo iba a festejar al día siguiente, le pregunté si iba a estar a la tarde en su casa para pasar a visitarla. Primero le pedí que nombrara 5 películas argentinas que le gustasen mucho (excluyendo Herencia, que ya se la había obsequiado para Navidad), para ver cuál le podía regalar (en realidad, horas antes había ido a comprar La ciénaga, creyendo que la había visto y le había gustado, pero no la encontré; menos mal, porque no la había visto; sí encontré Cleopatra, pero no me acordaba si era a ella a la que le gustaba muchísimo). Cleopatra era una de sus favoritas, así que mi memoria no era del todo mala. Pero su lista no se limitó a películas argentinas, sino que incluyó El señor de los anillos y Tierra de osos. Ahí recordé que tenía unas entradas de Las crónicas de Narnia con las cuales me iban a hacer un 30% de descuento en la compra de una película de Disney... y Tierra de osos es de Disney...
También pensé en llevar algo para acompañar los mates y, como mi amiga no es muy amiga de los dulces, después del regalo iba a ir a comprar unos sanguchitos de miga (lo irónico fue que ella estaba preparando alfajorcitos de maicena caseros).
Fui, compré las dos películas, pedí los sanguchitos y esperé a que los armaran (estaban hasta las manos de pedidos). Con los regalos en la mochila, el paraguas-sombrilla rojo y blanco, que cargué todo el día y no usé, en una mano y el paquete de sanguchitos recién hechos en la otra, rumbeé para el subte, estación Malabia.
Ya se me había hecho tarde y mi amiga estaba pensando que le estaba copiando todas las películas que había nombrado. El subte tardó en llegar, pero estaba bastante vacío. Me senté y, no sé si en esa misma estación o en la siguiente, se sentó a mi izquierda un joven con remera de la Bersuit y una baranda a vino de tetra híper berreto. No me daba para levantarme y salir despavorida hacia otro coche, así que ahora supongo que subió en la misma estación. Entonces, ¿cómo evitar el olor? Mirando para el otro lado, hacia el fondo, y nunca voltear hacia adelante. En la siguiente estación se subió un hombre de entre 50 y 60 años que se sentó a mi derecha, y como yo miraba hacia ese lado su cabeza llena de caspa y pelo engrasado, o engominado vaya una a saber, ocupaba toda mi visión. Tenía un extraño olor, tal vez una colonia, pero luego de girar hacia mi izquierda comprobé que el olor a vino seguía siendo peor.
El hombre me preguntó: ¿está lloviendo?
La pregunta venía a nada, porque él acababa de subir al subte. Yo le iba a explicar que por mi casa habían caído unas gotas cuando entraron dos extraños personajes por la puerta que conectaba el coche con el de la izquierda.
¡A la mierda!, gritó el hombre. Y sospeché que estaba tan o más borracho que mi compañero de viaje de la izquierda.
Uno de estos personajes, vestido de blanco con accesorios dorados, recorrió el coche ida y vuelta tarareando la música de Superman, mientras el otro se quedó en la puerta. Al menos eso fue lo que pude ver por el rabillo del ojo, porque me quedé mirando hacia adelante, evitando el olor a vino de un lado y al borracho que tenía del otro. Tampoco tenía ganas de fijar la vista en estos cómicos a la gorra. No recuerdo el nombre del supuesto superhéroe, pero sí que tenía el problema de no ser conocido ni por su propio compinche, que lo llamaba por otro nombre.
A esto, el joven fan de la Bersuit se levantó y se fue, dejando mi flanco izquierdo despejado.
El secuaz le fue sugiriendo distintas tácticas, como bañarse y ponerse desodorante (esto último lo hizo en presencia de todos), o conseguirse una novia. El superhéroe, despistado él, si no no hubiera tenido esa veta que arañaba lo cómico, le pidió a su ayudante que le eligiese una novia y cayó víctima del dedo índice una chica que estaba del otro lado del vagón. Cuando esta se negó, yo, que seguía con la vista fija en la ventana de enfrente, pensé: "cagué, la siguiente soy yo, culpa de mi postura decididamente no-los-quiero-ver y ese paraguotas tan llamativo". Y el secuaz pronunció la sentencia: "la del paraguas" y otra vez, en el límite de mi visión, lo veo apuntando hacia mi lado. Dos segundos después, el supuesto superhéroe estaba con una rodilla en el suelo pidiéndome que fuese su novia. Debo confesar, el muchacho no estaba nada mal. Pero yo soy una chica fiel y le contesté no muy alto para que no escuchara el resto del vagón, pero claramente: "ya estoy ocupada".
El superhéroe se fue y suspiré de alivio al ver que no insistía. Entonces, el borracho que aún seguía a mi derecha, pegó el grito: "¡pero si hay un montón de mujeres con paraguas!, ¿por qué te eligió a vos?"
Como diría mi amiga, basta.
El borracho no había visto el dedo del ayudante. Pero ése no era el punto. Encima de haber sido parte del show sin quererlo, el tipo éste viene y hace ese comentario, como diciendo "podría haber elegido una mejor".
Recién ahí hice lo que tenía que haber hecho de entrada, levantarme e irme a otro vagón. Pero, con el envión y una sensación de haberme despertado de la siesta que necesitaba, así, como embotada, salí del subte en cuanto paró en la primera estación. Ya en el andén me di cuenta que me había bajado en la parada anterior, pero sin grandes perjuicios: sólo iba a tener que caminar 20 metros más que lo habitual.

Salí a la calle y el sol brillaba. Y yo con mi paraguas, mi bolsa de sanguchitos y uno de los viajes en subte más raros de mi vida en mi haber.

Pequeña "omisión" la de Clarín al nombrar los distintos registros vocales (porque contraltos había; si había un coro, los coros tienen una cuerda de contralto; y esas mezzos que nombra por ahí...).

Como ex-contralto, mi solidaridad hacia ellas.

Me llama y me dice que su ex va a ir.
Como siempre, yo levanto una ceja. Es que hasta altura del partido es casi imposible que eso pase, porque su ex está en pareja desde hace 1 año y evitaron cruzarse en los eventos comunes durante todo este tiempo.

Me llama su ex y me confirma que va a ir, pero aclara que sin su pareja. Bajo la ceja y subo la otra, porque ya sé que sus confirmaciones no son válidas si se hacen antes de las 3 horas que comience el evento (la mitad de las veces que quedamos en reunirnos en casa no vino, y no avisó sino hasta último momento).

Estaba en su casa y su ex llama. Le dice que no va a ir. Que se le armó quilombo. Para mis adentros pensé: "cancelación número..."

Me dice que así lo único que va a lograr, la nueva pareja, es que se encuentren clandestinamente.
Estoy en el medio del sandwich, mi amistad va para los dos lados; pero no pude con mi genio: "acordate que yo nunca estuve en el rol de ex, yo siempre fui la nueva; puedo imaginarme el otro lado de la situación, pero no puedo olvidarme dónde estuve parada".

Y para mis adentros pensé: "esta frase se la dije, y se la dije a otros... ¿cuántas veces ya?".

Sil es la primera en cumplir esa edad este año, dentro de mi grupo de amistades y conocidos. Porque, sí, somos muchas las que nacimos en el glorioso '74.

Ella no lee el blog, pero bueno... ¡ella se lo pierde!

¡¡¡¡FELIZ CUMPLE!!!!

Sí, abrí otro, ¿y qué? Pero ahí no me llamo Loca xq sí, sino Asistente de Dirección... ¿adivinan de qué se trata?

Si quieren ver las fotos más grandes, hagan click en ellas.

Mirando por quinta vez Cruzada, me pregunté por qué cornos no había averiguado ya en qué otra película actuaba el que hacía del sacerdote que acompañaba a Godfrey (como verán, me desvela ver en una película un actor que me suena de otra y no saber de cuál).

El actor en cuestión es David Thewlis y actuó en Harry Potter y el prisionero de Azkaban, pero no lo tenía de ahí.
También actuó en montones de películas conocidas que no vi. ¿De dónde lo tenía? De Dragonheart. Era el príncipe hijueput que se quedaba con la mitad del corazón del dragón, a pedido de Dennis Quaid.

A propósito de DQ... ¿cómo no hizo de hermano menor de Harrison Ford a esta altura del partido? ¡Si son re-parecidos! Bueno... parece que no soy la única que piensa lo mismo.

El otro día fui a ver Memorias de una geisha (sí, ya sé, no escribí el comentario) y estaba con la duda si eran o no los actores de otras películas.

Repasemos:
la protagonista, Ziyi Zhang, también actuó en La casa de las dagas voladoras y en El tigre y el dragón, como suponía.






La que hace de Mameha, Michelle Yeoh, también actuó en "El tigre y el dragón"

Mi confusión fue entre Ken Watanabe y Yun-Fat Chow, que era el de "El tigre y el dragón" y "Anna y el rey"

¿En qué otras pelis, aparte de Charlie y la fábrica de chocolate, vi a este actor?
The Calcium Kid y El divino Ned

¿El espinazo del diablo fue la primer película dirigida por Pedro Almodóvar?
No; el director es Guillermo del Toro y es del año 2001. Yo tenía razón.

¿Luke Wilson actuaba en Legalmente rubia?
Sí. Peri tenía razón.

Porque si para Mari y para mi tía yo me parezco a Narda Lepes, por qué no puedo decir que Sir William se parece a Zach Galifianakis, el actor que hace de Davis en Tru Calling?

En realidad, faltan unos 9 meses y piquito para que esta foto cumpla 30 años, pero viene a cuento del artículo anterior. Yo tampoco tenía hermanas, pero sí dos en camino.

Las tortas las hacía siempre mi mamá, aunque la decoración no era exclusividad de ella; ya subiré fotos del castillo que hizo mi papá para cuando cumplí unos años más.

Eso es lo que tienen los cumples de los chicos chiquitos: duran poco.

Cuando yo tenía 2 años era un sueño tener las fotos para verlas en el momento, como hice con Juan para convencerlo de seguirle sacando fotos. Y mucho menos que las subiera a internet (¿lo qué?) antes de que den las 12 y el cumpleaños termine.

Como anticipé hubo globos, sanguchitos y regalos. También fosforitos (mmmm fosforitos) y la torta de la tía Marta.

Toda la flia cercana (abuelas, tías, tíos, prima y los tíos postizos) y el futuro Santiago, que sigue sin el más mínimo interés por salir de la panza.

Autorretrato con Juan Lucas.

Parece difícil, pero era más facil que esperar a que la foto la sacase otro.

El chico es un escurridizo, hay que agarrarlo así, de prepo.

Pero fue una sola, porque cuando quise correr la mochila Jacob se fue y no hubo forma de hacerlo volver.

¿La ven a Daqui? Bueno, prácticamente no se baja de la silla desde que la descubrió. Los otros intentan acercársele, por las buenas o por las malas, pero con 9 años encima andá a hacerle entender que hay otros gatos en el mundo.

El detalle: a la derecha verán un juego de llaves colgando; es que si no cierro la puerta con llave, Homero la abre y al grito de "¡libertad, libertad!" los felinos huyen escaleras arriba/abajo. Y que los traiga Magoya.

No sólo porque también hoy cumple Mari, sino porque esta belleza cumple 2 añitos.

Les presento a Juan Lucas, mi sobrino por adopción*. A punto de convertirse en hermano mayor de Santiago (que está por nacer en estos días), el niño está cada vez más hermoso y más atorrante.

Ayer me mostró cómo salta con los dos pies al mismo tiempo, jugamos al quemado con las pelotas de su pelotero personal (en realidad, él me tiraba las pelotas y yo las esquivaba) y lo alcé después de mucho tiempo... ¡cómo pesa! Es que el muchacho nunca fue chiquito, desde que nació ya parecía más grande; ¡más que recién nacido parecía un bebote de 2 meses! Pichón de mamut con todas las letras.
También escuché su última adquisición lingüística: golllllllllll, dicho cada vez que agarra una pelota y la patea o la tira con las manos.

Como su tía (qué orgullo y qué casualidad) es fanático de la Pantera Rosa, fuera de lo que es Discovery Kids, su canal favorito.

Hoy nos juntamos para festejar el cumple, con su madre, mi amiga -y su panza a punto de explotar-, mi compadre -mi intercambiador de software de edición- y el resto de la flia. Globos por doquier, comida y regalitos para el cumpleañero.
Mañana, la tía Paula pondrá algunas fotos del evento (obvio).

Aunque no sepa leer,

Imposible saber exactamente cómo llegué ahí. Sé que fue por algún comentario dejado en algún blog... bueno, así llegué a todos los blogs que leo, que no son muchos.

De entrada dije: ¡uau, me gusta cómo escribe! Y claro, cómo no iba a llamarme la atención, siendo que a mí me gusta escribir, me gusta leer y que las cosas estén bien escritas, bien redactadas. ¿Errores de ortografía? Ella saca el látigo que tiene guardado y se pega cuando se le escapa alguno, pero yo supongo que es mezcla de error de tipeo con falta de tiempo para revisar lo que escribió (por eso no la corrijo, no quiero que se siga pegando por pavadas). Me la imagino tipeando a mil en los pocos minutos que le dejan libres sus muchachos y la casa. Y me encanta.

Ella llora sus penas y comparte sus alegrías con quien esté dispuesto a leerlas, y sea lo que sea que haya escrito ese día, siempre termino diciendo lo mismo: "¡qué mina más copada!".

A veces me dan ganas de pegarle una patada, a veces de abrazarla... lo mismo que me pasa con los amigos que tengo a mano, aunque con ella no nos conocemos face to face. Pero casi. Entre tantas fotos, tanto bloggeo, algún chat y otro mail perdido por ahí.

Mi deseo, además de conocerla en persona, es que algún día escriba una historia para que yo la pueda convertir en una peli o en una serie. Sí, lo primero que me imaginé fue una serie, "Todo sobre Mari", grabada en Mar del Plata, contando las aventuras de esta muchacha, con algunos bloques animados basados en sus historietas (que, según ella, no son buenas, pero a nosotros nos matan de lo geniales que son). ¡Y que Peri venga a hacer el vestuario!

*** ¡FELIZ CUMPLE! ***

Va a ser muuuuuuuuuuy difícil fotografiar a los 4 juntos.
Daqui no es nada amiga de otros de su misma especie.

Dedicado a Peri. No es para que me envidies...


(de izq a derecha, parados: la ex- de Casero, madre de los dos hijos mayores; Gonzalo Urtizberea; Alfredo Casero; yo; mi hermana Rocío; no me acuerdo el nombre; Mex Urtizberea; sentados, los otros dos hermanos Urtizberea - año 1993, estudio de la Rock & Pop, al terminar una emisión de "El circo mágico del Dr. Vaporeso")

Si querés envidiame por esto: allá por el año 1994, ¿o ya sería 1995?, bueno, no sé, la cuestión es que hacía rato que no lo veía a Casero. Me mandé al teatro este... cómo se llama... el que está en Boulogne Sur Mer, o como se escriba, en el barrio Once... (ahí me acordé, era el IFT) era una de las tantas funciones que hizo la Halibour Fiberglass Serenaders. Digo me mandé porque no pensaba pagar la entrada. Fui un rato antes y no sé cómo me entero que Casero no había llegado. Cuando apareció, ya le iba a refrescar la memoria para recordarle quién era, pero no llegué a abrir la boca y me dijo "Hoooooooooola, ¿cómo andás?" y luego "Vení conmigo". Así, un grupo de unas 5 personas lo acompañó a la boletería. "Todos ellos entran gratis". Entre ellos, claro, yo, así que había cumplido mi primer objetivo.

Tiempo antes había visto en la tele parte del recital, y vi que cuando hacían la canción del manicero hacían subir a algunos espectadores al escenario para que cantaran. Yo tenía un plan: el día del debut del grupo, pero en otro teatro, había subido una mujer amiga de ellos y cantó el estribillo una 3a arriba (un poco más agudo, para los que no entienden) y sonaba bien, así que si Casero pasaba cerca mío con el micrófono yo iba a hacer eso. Así que cuando entré a la sala me senté cerca de uno de los pasillos...

Llega la canción correspondiente, Casero baja del escenario micrófono en mano para que la gente cante y va por el pasillo del medio; yo estaba en el de la derecha. Se fue al pullman, hizo cantar a un par, bajó, volvió al escenario por el pasillo derecho y me vio... entonces me pasó el micrófono. Yo me largué a cantar, si en el más mínimo temblor en la voz porque ya me había mentalizado que esa noche tenía show, y Casero abre los ojos, sorprendido. Entonces me hace una seña para que vaya al escenario. Yo fui, lo más pancha, suponiendo que detrás mío iban a venir otras personas, pero cuando llego al escenario... me doy cuenta que no, que la única que subió esa noche era yo. Aproveché para saludar a Mex, seguí cantando a teatro lleno, la canción terminó, saludé, aplaudieron y bajé.

Una vez que terminó la función, 2 personas del público me vinieron a felicitar... Yo, ancha como ballena azul, igual que ahora que figuro en la IMDB

(y cómo rompe con la IMDB!!!!; ¿cómo, no sabés que está en la IMDB?; peor aún, ¿¿¿¿no sabés lo que es la IMDB????)

Yo sé que hay gente que lee mi blog una vez cada varios días. Inclusive una vez cada varias semanas. Y está bien, no tienen por qué entrar religiosamente cada 42 minutos. Pero eso de que "no te dejé un mensaje porque era para comentar algo que escribiste hace tiempo y no lo vas a leer" no va. Dejan el comentario en el último artículo escrito, con un encabezado tipo "esto es en referencia al artículo (título) de (tal día)" así yo me ubico a qué viene el comentario. Pero me escriben.

No sean vagonetas. Si les gusta lo que escribo, o whatever, háganmelo saber. Si me conocen, saben que mi autoestima no es de las más altas, y cualquier tipo de comentario de ustedes (you know who you are) me viene bien.

A pesar del mal humor, accedió salir a comer.




A pesar del mal humor, como el lugar más cercano estaba lleno de gente, decidió seguir caminando hasta el restaurant japonés que quedaba bastante más lejos.




A pesar del mal humor, no le pareció mal que ella sacase unas fotos de la comida (cosa que le encanta hacer).









A pesar del mal humor, se dejó sacar una foto.










A pesar del mal humor, como esa foto salió un poco fuera de foco, se dejó sacar una segunda foto.





A pesar del mal humor, no se quejó de volver caminando bajo la lluvia.

Ella se acordó de llevar el paraguas.
Y a pesar del mal humor, ella lo ama. Sabe que el mal humor es pasajero.

Peri descubrió esto y como es muy generosa lo compartió con todos para que la pasemos bombucha.

Ésta sería yo en una parodia de South Park de la película Kingdom of Heaven

Primero pensé que ellos levantaron la información del sitio Cine Nacional. Después pensé que la había mandado Pedro. Pero no, mi primera sospecha fue la correcta.

La cuestión es que ahora todos aparecemos en la IMDB

Estamos todos agrandados como elefantes!!!!

Sí, vienen cada 2 1/2 meses cada entrega. Qué colgada.

Éstas son todas fotos de casamientos; no las únicas de casamientos que hay en la pared. Pero ahora que miré la pared, esta foto ya está vieja, porque abajo de la de Rocío y Mauricio hay dos en las que estoy con Dani; pero como ésas son digitales, ya mismo las pongo por aquí abajo.

Bueno, detallo: arriba de todo estamos con Jann y Mónica, hace unos años ya (creo que en el 2000); abajo, Rocío y Mauricio, en el 2002; y a la derecha, Celeste y Ezequiel (hermanos de los anteriores) en el 2003. Lo curioso, ahora que me doy cuenta, es que estas 3 parejas se casaron en el mismo registro civil...

Y aquí debajo, las fotos de los que pasaron por el registro civil, pero como invitados... jeje. La primera la tomó mi amiga Silvana y la segunda mi papá, en la nochebuena del 2004