Me llega un mail.
Alguien dejó un comentario en mi otro blog.
Muy corto. Muy despectivo. Muy "su" estilo. Pero firmó anónimamente, el muy cobarde.
El muy bobo no se dio cuenta, o no le importó, o no sé qué, pero hay un contador en el otro blog (y en este también) que deschava la nacionalidad de los visitantes, porque te informa desde qué servidores entraron. Y ahí estaba.
Dos minutos antes del comentario había una entrada desde Brasil. Y que yo sepa, por estos blogs no hay otro lector que viva en Brasil.
Gil, te agarré. ¡Volvé a hacer comentarios anónimos que igual conozco tu letra!
¡ah, y gracias por tomarte la molestia de ver el blog y comentar!