No es que sea pesimista. Está bien, nadie tiene la vida comprada; mañana me puede caer un piano en la cabeza, o mi hermana más chica vuelve a volcar (ah, pero esta vez no se va al sur!) o tantas otras desgracias que nos pueden pasar. Pero estoy casi segura que son las últimas fiestas de mi tía Martha, no creo que llegue a las próximas.
Mi vieja voló. Y nos arrastró a todos con ella. Estaba que sí, que no, que iba, que después... Hoy a la mañana me entero que se iba hoy. Y una hora más tarde, que se iba ya. Que había ido a sacar el pasaje, que tardaron en atenderla, que cuando la atendieron no había pasajes para la noche, pero había un colectivo que salía a las 13hs... y no tenía nada armado. Mi papá, que la había llevado para sacar el pasaje, la llevaba al trabajo y se iba al suyo, terminó yendo y viniendo de Retiro a casa en vez de ir a trabajar. Llamadas telefónicas, que lleve las cosas que se va a llevar a su casa, (des)ventajas de vivir a 4 cuadras... Y yo que pensaba que se iba a la noche, y por qué no me avisó antes, y salir corriendo con todo... Cuando uno viaja es una locura, pero si encima armás el viaje en dos horas, saquen la cuenta.
Mi tía vive lejos, en Choele Choel, a unos 1100kms de acá. No es un viajecito corto. Y mi madre siempre estuvo en medio de un tironeo Bs.As.-Ch.Ch. desde que se vino acá en 1970. Ya pasamos todos por una situación similar, allá por el año 1988... Mi mamá iba y venía, nosotras éramos un poco chicas (bah, yo ya estaba en el secundario, pero era bastante inocentona), no sabíamos bien lo que pasaba. En unos meses, no más que eso, se terminó todo. Mi abuela se fue. No hubo aviso, no hubo tiempo.
Lo de mi tía es distinto. Hace 2 años que sabe que tiene algo y recién fue al médico cuando un compañero del laburo la llevó arrastrando (el hospital... está enfrente, del laburo, de la casa). Yo vi una foto de ella en el verano. Vi fotos de todos ellos.
Mi abuelo, demacrado, abandonado, en la recta final, se veía que no quería seguir acá, que extrañaba mucho a mi abuela. Era cuestión de tiempo. Y no fue mucho. Ni un mes. Creo que ni siquiera 15 días.
Mi tía, con una costra en el pecho. ¿Qué es eso? pregunté. No sabían, porque no se había hecho ver. Y mi mamá fue al funeral de mi abuelo, y no se había hecho ver. Y fue dos meses más tarde, porque "se iba a operar" y cuando llegó se enteró que no había ido nunca al médico.
Yo ya estaba pensando, allá por abril, mayo, ¿eso se opera? Eso parece ser la punta de un iceberg muy jodido. Y cuando fue al médico, yo y mis putas predicciones basadas en detalles, era así, no más, ¡qué mierda le van a operar si está toda podrida por dentro! Y da vueltas, y vueltas, no sé si hay posibilidades de hacer algo. Creo que no, y si las hubiera, sabiendo cómo es ella, las únicas formas de que se trate son: o la encadenan a la cama del hospital o la llevan y la traen las veces que sea necesario, porque ella nunca hace nada... por nadie... ni por nada...
El miércoles estaba cenando con Dani y una amiga. En mi celular había un mensaje, proveniente del celular de mi papá, pero sospeché que era mi mamá. Y a pesar de la hora, tardísimo, fui a verla. Bajó llorando. Ya no recuerdo en qué momento me enteré que el corte que le hicieron para hacer una biopsia, hace semanas, no cicatriza y que tiene un brazo morado.
Le pregunté a mi mamá si no quería pasar las fiestas allá, y me dijo que mi papá no iba a querer ir. Entiendo las razones de mi papá, pero le escribí preguntándole que él también le diga si no se quiere quedar allá. Creo que sería nuestro mejor regalo, que no se sienta obligada a volver, que se quede en Choele con su hermana.
Nadie tiene la vida comprada. Antes del próximo año, cualquier cosa podría pasarle a cualquiera y tal vez sean las últimas fiestas de alguno más de nosotros. Pero no lo sabemos. Lo que sí sé, es que son las últimas fiestas de mi tía.
Ojalá me equivoque. Ése es mi deseo para estas fiestas.