Panyfiestas
martes, diciembre 30, 2008
Macabro hallazgo en mi departamento
(música de "Barras y estrellas", la cortina de Crónica)

Mientras hablaba por teléfono con una amiga, me puse a juntar manojos de pelos gatunos y restos de relleno de sillas del piso. Sí, un gato produce estos efectos; y mutiplíquenlo por dos, porque Penélope está de visita. En un momento, creo que (y espero olvidarlo) toqué algo creyendo que era un cacho de goma o algo así. Pero con forma extraña. Muy extraña.

Quise gritar al darme cuenta lo que era, pero seguía hablando con mi amiga y no lo quería alarmar con los gritos. Aunque después me preguntó qué estaba haciendo y le conté mi horrible, espantoso, macabro hallazgo: un dedo de algún animal, con uña y todo. ¡QUÉ ASCO!

Lo que más me despistó era el tamaño. Porque si bien tiendo a pensar que es una garra de reptil, el dedo es tan grande que podría ser de alguno de los gatos. ¿Se lo habrán arrancado en alguna de sus peleas? Conté los dedos, no sin recibir antes un par de arañazos de parte de Penélope (Homero es un santo, sólo me araña por accidente, nunca por voluntad propia). Todos los dedos gatunos en su lugar. Entonces, ¿de quién es ese dedo? Seguramente, de una iguana. No podía ser de un gato porque tiene la uña muy pequeña, pero el dedo es bastante grandote. Aunque, pensándolo, las iguanas tienen los dedos largos.

El dedo quedó ahí donde lo dejé, porque quiero que Dani lo vea. Él me preguntó si no sería de la última iguana que encontramos, la que casi piso con el pie descalzo. Pero no podría ser, ya estaría podrido a esa altura.

Entonces, si es el dedo de otra iguana, lo que me preocupa ahora es:

¿DÓNDE ESTÁ EL RESTO?

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lunes, diciembre 15, 2008
¿Qué querés para Navidad?
Mamá y algunas de mis hermanas (¿o ya me preguntaron las tres?) me vienen preguntando desde hace días qué queremos Dani y yo de regalo para esta Navidad.

Después de todo lo que vino pasando este año, a saber:
-lo de Santi, que pasó tres semanas internado en terapia intensiva
-lo de Nico, que pasó diez días internado
-lo del Falcon, que se prendió fuego el motor con mis padres, mi sobrina y su otra abuela arriba
-lo de mi primo Lautaro, que volcó hace unos días cuando iba al cumpleaños de su hermana
-lo de Celes con su oído, que viene para largo
-lo de Carola y el bebé que viene, que nos hizo asustar a todos
-y las histerias varias que me vienen agarrando por la computadora
(seguramente me estoy olvidando de otras cosas)

y viendo que:
-Santi está bien
-Nico está bien
-mis papás, Emma y Mónica salieron rápido y sanos del Falcon
-mi primo no ligó más que unos chichones
-Celes está por terminar su carrera
-Carola y el bebé están bien

después de todo esto,
como dice la canción,
"all I want for Christmas it's you".

O sea, que toda mi familia, mis amigos y, ¿por qué excluírme?, yo también estemos bien en el 2009.

Nada más. Y nada menos.




P.D.: sólo para nombrar a Euge, una de las cosas que especialmente quiero que salga bien el próximo año ¡es la fiesta de su casamiento!
Ella es una puta
Yo que la quería tanto...

Y no es que deje de quererla,
ahora que me di cuenta que es una puta.
Es que me da tantos dolores de cabeza
que tengo ganas de revolearle algo.

No sólo le gusta que la manoseen.
Le encanta que le saquen y le metan cosas.
No sólo físicamente,
también le gusta que la trastoquen mentalmente.

Y no puedo trabajar con ella si no se desintoxica.
Ahora no sé qué tiene, y ella no lo quiere decir.
Se me ríe en la cara, la muy puta.

Puta, y cara también.

Ya no sé cuánta plata invertí en ella,
sólo para poder trabajar
(¡ey! no soy su cafisho, yo la quería llevar por el buen camino)
pero ella sigue destrozándose
y así no me sirve.



La voy a revolear por el balcón,
a esta puta... de mi comPUTAdora...

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lunes, diciembre 01, 2008
Ahora les cuento
Al principio, sólo unos pocos lo supieron.
Después, cuando la cosa empeoró, casi no conté nada sobre el asunto.

Ahora que todo pasó, les voy a contar qué me pasó en estas últimas semanas.


Vino una compañera de la facultad a editar un video. Sólo tardamos 6 horas en capturar 51 videos, editarlos y ponerle música. Procesé el audio. Puse a procesar el video. Y ella se agachó a desenchufar la cámara...
Ahí comenzó todo. La computadora se apagó. Nunca sabré qué pasó, lo cierto es que lo que pasó después no le pasa a todo el mundo. Porque, ¿cuántas veces se te apagó la computadora... y se te arruinó un disco de 500 gb? Me lo tomé con bastante calma, pero hasta ahí. Adentro del disco había muchas cosas prescindibles, excepto 3: el video que acababa de editar, otro video que venía editando desde hacía tiempo y que quería terminarlo para unos días después, y prácticamente todas las fotos que saqué durante la grabación del programa de Campanella. ¿Por qué me lo tomé con calma? Porque sé que los datos se pueden recuperar...

Dos días después llevé el disco. Cinco días después, habiendo pagado casi $1000 me llevé el disco nuevo con los datos recuperados y el disco viejo, que ya estaba bastante maltrecho, por si las dudas. Esa tarde le llevé la computadora a un amigo para que viera por qué estaba andando tan lenta y para que le "instalase" el disco.

Tres días más tarde me iba a ir a ver a Queen con este amigo. No habíamos arreglado cómo ir, ni habíamos hablado de la computadora. En medio de un estresante partido de Del Potro contra Feliciano López, lo llamo. Y me dice "ah, justo te estaba por llamar; me faltan instalarle unas cosas, pero la mayor parte ya está hecha. Lo que pasa que me llevó tiempo formatear el disco porque...". En ese momento, no sé cómo, no me desmayé. Me tiré al piso, repitiendo una y otra vez "no puede ser, no lo puedo creer". No sé qué habrá pensado mi madre al verme así (capaz nos enteremos todos en un rato, si escribe algo en los comentarios). Con las pocas neuronas que no estaban repitiendo "no puede ser", le dije a mi amigo que se tomara un taxi y llevara el disco a Once, mientras yo llevaba el disco viejo, para dárselo al señor recupera-discos, a ver qué se podía hacer: si podía levantar algo del disco formateado, si podía extraerle algo al disco viejo.

El recital de Queen, el recital de Rockandroll Hotel, ver a mis sobrinos... fueron excelentes paliativos. Era totalmente conciente de que hay cosas mucho peores que perder lo que podía haber perdido. Lo más terrible, era que había perdido toda esperanza de recuperar algo. Eso sí me desvastaba: perder la esperanza es una de las cosas más feas que me pasó, y espero que eso no me vuelva a pasar.

Tres días más tarde, el señor recupera-discos me dice que con mucho esfuerzo estaba tratando de levantar algo del disco viejo, porque lo que estaba formateado y pisado con las cosas instaladas, así quedó.

Ayer recién vi qué había en el disco. El video con el que empezó todo el despelote estaba bien. Ya lo procesé, lo bajé a dvd y en un rato mi compañera se lo llevará.
El otro video que tanto tiempo me tomó editar, parece estar bien. Todavía no lo vi completo. En estos días que no va a hacer calor, trataré de terminarlo y bajarlo a dvd.
Las fotos... era otro tema. De los 9 programas en los que saqué fotos, sólo había uno y medio. Dos los tenía en la otra computadora, uno lo tiene una amiga que fue a actuar, me faltaban 4 días y medio de grabación...

Hoy me jugué la última carta. Antes de ir al señor recupera-discos para que terminara de torturar al disco viejo, me fui a la productora. Ahí, en una computadora, yo había copiado todas las fotos. El tema era dónde estaba la computadora (yo sabía que ya no estaba en el mismo lugar) y si no habían borrado el disco rígido...

Llegué. Localizaron la computadora. Y Adrián, quien la usa ahora, me dijo "no borré nada, me creé otro usuario".

Ahí estaban. Todas las fotos, las que tenía y las que me faltaban.

Me volvió el alma al cuerpo. Y ahora, me siento muy feliz, pero a la vez muy cansada.

Moraleja: backup, backup, backup. Y si no entra en un dvd, tendré que comprar otro disco rígido para usar de backup.

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