Panyfiestas
domingo, enero 07, 2007
"¡Eso no se puede hacer!"
me dijo la otorrinolaringóloga. Le hubiera contestado "ya me di cuenta que no se puede", pero lo cierto es que si hablaba me iba a volver a doler. Ella creía que yo no le hablaba porque no podía hablar, cuando en realidad no quería para que no me doliera al tragar saliva.

Típico de médico de guardia, tocó más de una vez el lugar donde se había originado el dolor, produciendo más dolor. "Es como si te hubieras hecho una contractura", sentenció. Más que eso, yo sentía como si me hubiera pegado con un caño de metal, como si me lo hubiera querido incrustar en la garganta.

Lo que hice fue estirar más allá de lo posible (eso no se puede hacer) el músculo -ese músculo que tal vez se llame esternocleidomastoideo, no el que va justo abajo del mentón, si no más a la izquierda-, decía, estiré ese músculo hasta que hizo ¡crac! al bostezar y tragar al mismo tiempo.

Eso no se puede hacer.





Y si lo lográs, ves todas las estrellas del universo.

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