Noticia de último momento: Periquita y Loca xq sí fueron juntas al cine a ver Las Crónicas de Narnia y ya quedaron para ir a ver La joya de la familia en los próximos días.
El evento fue ayer, 9 de enero, en el Cinemark 10 de Palermo, a las 19.30hs. La Loca había prometido ir antes a sacar las entradas para tener una buena ubicación, pero el excesivo calor (
41º de sensación térmica) la retuvo en su domicilio hasta último momento, refrescándose con el
recuerdo de la
experiencia de Peri en la Antártida.
Finalmente llegó cerca de las 19hs y lo mejor que consiguió fue en la fila 7, un poquito al costado (toda esta información se puede verificar si miran la foto en detalle).
Como las muchachas no tenían un Baggio Multifrutal encima, posaron con una Cepita de limón dedicándole el encuentro a
Mari, con el fuerte deseo de que pronto la puedan conocer, allá en Mardel o acá en Baires.
El encuentro se produjo después de repetidos mensajes de Peri distribuídos en distintos blogs tipo "¿cuándo vamos al cine?" y amagues de la Loca estilo "tenemos que arreglar". Finalmente, como a la Loca le gusta armar (mandonear, para algunos de vista corta) eligió película y sala y dejó en manos de Peri el horario. Si bien ninguna llevó un clavel rojo en el ojal (las vestimentas de ambas no tenían ojales y mucho menos botones) se reconocieron enseguida.
Próximos encuentros: whisky en Quilmes con Sir William y havannets en La Rambla con Mari.
Bueno, no, ahora en serio. ¡Qué sorpresa me llevé! Tal vez por la acidez de su blog, jamás esperé que cuando Peri abriera la boca saliera una de las voces más dulces que escuché en mi vida. Como que no encajaba la voz, como si hubieran elegido mal a la persona que la iba a doblar al castellano. Pero eso me duró unos minutos, después se fue amalgamando la versión que tenía en la cabeza con la real. ¡Y la pasamos bárbaro!
Tuvimos bastante suerte en el cine; las 10000 personas que se levantaron para ir al baño en el medio de la película estaban del otro lado de la sala, así que no se nos cruzaron y no nos distrajeron (mucho). Tampoco había mucho ruido a pochoclo (el yanqui al que le vendimos la entrada que saqué de más se portó muy bien) y los chicos que estaban del lado de Peri (que casi le agarra un infarto cuando los vio entrar, justo a último momento, cuando ya estaba empezando la peli) no abrieron la boca durante las 2 horas que duró la peli.
El problema fue al salir. No, no era que no nos decidíamos dónde ir a comer. QUÉ CALORRRRRRRR. Así que decidimos ir a comer a un lugar donde hubiera aire acondicionado. Peri recordó un lugar que se llamaba Periquita. Había cambiado de dueño y ya no se llamaba así, y no daba seguir dando vueltas: nos estábamos derritiendo. Y ahí seguimos hablando.
Esto continuará, muchachos. Yo nunca tuve vestuarista para mis cortos, y Peri ya tiene experiencia en publicidad, así que ya nos veo trabajando juntas dentro de no mucho. Una bendición bloggera haber encontrado a esta muchacha.