Panyfiestas
sábado, mayo 03, 2008
Una mancha y nada más
No hay nada que hacer. Hay cosas que no se pueden controlar, mal que me pese.

Se puede ser muy responsable y, aún así, terminar mal. Por culpa de otro, por culpa de nadie.

Ella tenía más o menos mi edad. No la conocí bien, teníamos amigos en común, pero nuestras vidas iban por caminos distintos. La última vez que la vi, vino de colada al cumpleaños de Dani, invitada por un amigo en común. Ahí noté algo raro, algo que, por otro par de cosas, supuse como cierto, aunque Dani no me lo confirmó hasta ahora: entre ella y el que la había traído a la fiesta había algo más que una amistad.

Después de meses de complicaciones, justo ahora cuando todo estaba más tranquilo... Ella se fue a visitar a unos parientes a Luján, el mismo día que Dani y yo volvíamos de Miramar.

Dos días más tarde, Dani recibe un mensaje en el celular de su amigo, para que lo llamase. Nunca imaginó lo que iba a oír. Una mancha de aceite de soja en la ruta. El auto descontrolado yéndose hacia el carril contrario. Una camioneta. Y nada más. Ahí se terminó todo para ella.

Y otra vez volvimos a recordar lo frágiles que somos, sin importar lo que hagamos para perdurar.

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Una radiografía tardía, una mancha en los pulmones: Santi tiene neumonía. Más de 3 horas esperando la ambulancia para que lo derivaran a otro sanatorio que no estaba a más de 10 cuadras. Para cuando llegamos, siendo de noche, a nadie se le ocurrió que los pulmones no tenían en cuenta los horarios de los cirujanos y que no iban a esperar hasta al día siguiente. Así que, de urgencia, un drenaje y a terapia intensiva.

Y ahí está, esperando, él, su mamá, su papá en otro sanatorio esperando que le saquen la vesícula, su familia repartida entre los dos sanatorios, y yo.

Hoy descubrí dos erupciones en mi mano derecha. Yo pensé que me salían cuando me peleaba con amigas. Ahora veo que no, que sí está relacionada con las amigas, pero no especifica si es una pelea o si es que ella tiene un grave problema, como es este caso. La otra vez, la erupción empezó en el dedo derecho y se fue expandiendo un poco hacia la palma y hacia otros dedos. Esta vez arrancó en el centro de la palma (grande como la amistad que tengo con Carola) y bajo el dedo izquierdo (más chiquita, como si representara a Santi).

Sólo podemos esperar, tratando de tranquilizarnos lo más posible.


Y nada más.