Acabo de hablar con uno de los hermanos de mi amiga. Muchas noticias no tiene, porque mi amiga no está en su casa, ni siquiera en su ciudad, sino donde está internado su bebé. Por lo que me contó, dentro de 15, 20 días a más tardar, tienen que hacerle una operación del corazón. Se está alimentando con leche materna y, dentro de todo, está estable.
No son las mejores noticias, pero no son tan malas como llegué a imaginarme. Seguiré estrujando mi vapuleado corazón hasta que finalmente me digan que el bebé está bien y en su casa, con sus papás y su hermano.
Nunca sentí tanto dolor en la distancia como esta vez.