Porque si quedamos en un horario, yo me quedo acá esperándola y ella o llega tarde sin avisar, o avisa que se retrasa, o avisa que no viene. Pero si yo voy a llegar tarde o no voy a estar, no tengo forma de avisarle, porque no tiene contestador en la casa y no tiene celular.
Porque llega y está tres horas dando vueltas antes de ponerse a hacer lo que tiene que hacer, eso por lo que me dio vueltas con el horario.
Porque está media hora haciéndolo, se cansa, viene, me habla, me habla, me habla, no importa que yo esté mirando la tele.
Porque, estando con la computadora vieja, se conecta a internet sin preguntar, y después viene y te dice que se desconectó de internet porque estaba muy lento... Y claro, ¡si te conectaste por dial up! ¡Y encima no te desconectaste un carajo!
Porque ve una cajita de algún perfume, crema o cualquier cosa de cosmética y lo abre, sin preguntar si puede, para olerlo.
Porque, a veces, cuando nos reunimos en casa, pregunta qué trae (se supone que es para contribuir a la cena) y luego se olvida de traer algo o se trae algo para tomar para ella (que puede ser un agua saborizada de litro y medio o un agua mineral de medio litro, no importa, se lo toma sólo ella).
Y la última: porque ahora que tiene computadora, igual quiere venir a casa a usar la nuestra, porque tiene miedo que la suya no funcione bien, siendo nueva, en vez de probarla y ver si anda todo.
¿Cómo voy a tenerle paciencia?
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