Panyfiestas
miércoles, noviembre 23, 2005
Cuento nocturno breve
Él se quedó dormido entre sus piernas. Como el hombre alado de la ciudad de la furia, pero no hasta al amanecer. Era de noche, pero no tan tarde, todavía no habían cenado.
Hacía calor y a ninguno de los dos les importaba estar acurrucados bajo el tímido viento simulado del ventilador puesto en la velocidad más baja.
Ella le rascaba la cabeza despacito mientras miraba la tele y en uno de los cortes lo miró y vio que se había quedado dormido.
"Qué raro" pensó, "nunca se duerme a esta hora".
Ella lo empezó a mirar fijo, se acercó para mirarlo bien de cerca, sin dejar de rascarle la cabeza.
"Qué lindo que es" "No de esas linduras que llaman la atención a primera vista, de esas que cuanto más lo mirás, más te das cuenta lo lindo que es" le contestó su segunda voz interior "Qué lindo que es" insistió. "Si..." suspiró la segunda "que suerte que nadie lo mira así de cerca"