Eso fue lo que murmuró mientras analizaba mi caligrafía.
-¿Qué encontraste?
-Qué raro.
-¿Qué encontraste?
-Nada, me aparece que no tenés el Yo definido.
-???
-Que no sabés quién sos, a dónde vas, qué querés hacer y cómo hacerlo.
-...
-Independientemente de que después lo hagas o no. Qué raro.
Al principio, pareció un halago. Después, no sé.