Panyfiestas
martes, noviembre 13, 2007
Las vueltas de la vida
Mamá, por alguna razón, sabía que venían dos y no una. Cuando estaban yendo al sanatorio, mi mamá le dijo a mi papá: "si son dos, a la segunda le ponemos María Celeste". Eso porque ya habían elegido María Eugenia (no sé si habían elegido nombres de varón; en esa época no se sabía el sexo del bebé hasta que nacía; y no sabían que eran dos porque no llegaron a hacerse la única ecografía que tenía programada). Creo que mi papá le dijo algo así como "dejá de embromar". Pero mi mamá tenía razón. A los 15 minutos de haber nacido María Eugenia, una cosa tan chiquitita que mi mamá no podía entender cómo no la había dejado dormir durante los últimos meses, el médico vino a despertarla diciendo "gordi, viene otro". Y así llegó María Celeste.

Si bien compartieron el jardín, después Eugenia pasó al turno tarde y de ahí en más (salvo algún curso de órgano o algún coro al que fueron juntas) cada una hizo su vida por su lado.

Hace unos años, Celes se mudó con Ezequiel a la calle Mármol. Así que, en las charlas familiares, como el término "casa" era medio complicado de explicar (a veces uno decía casa por el lugar donde vivía o casa al lugar donde vivía toda la familia junta y ahora siguen viviendo mis padres), pasamos a denominar los lugares donde vivimos con el nombre de las calles. La casa donde vivimos todos pasó a ser Loyola, la casa donde me mudé yo con Dani, Aguirre; la casa de los Totos, Lugones; y la casa de los Hermosos, Mármol.

A Euge y Ariel se les vencía el contrato del departamento que compartían con uno de los hermanos de Ariel, así que empezaron a buscar otro departamento...


Y hete aquí que terminaron mudándose uno en la calle Mármol... ¡en el mismo edificio donde viven los Hermosos! No en el mismo cuerpo, es verdad, pero están ahí, a metros.

Así que ahora, las mellizas vuelven a estar juntas, como vecinas.


(proximamente en este blog, fotos de la inauguración)

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