Pero lo cierto es que me gusta leer una cierta cantidad de blogs, no muchos porque no me alcanzaría la vida, y en estos últimos tiempos la lista se había visto disminuída lo suficiente como para que empezara a buscar otros blogs.
Uno lo encontré por Clarín. Y tanto me gustó el blog que me fui a ver la muestra en el Centro Cultural Recoleta. Es del artista Tute, que, dicen, leí por ahí, es el hijo de Caloi. Yo sé que todos ustedes, almas de caramelo frutado y color brillante, van a quedar encantados con las cosas que hace este muchacho. No todos los días uno encuentra un hombre que se plantee tan maravillosamente la incógnita más grande del universo, según Doc Brown: las mujeres.
El otro, la casualidad no existe, lo encontré leyendo los comentarios de agradecimientos en un sitio en el que pusieron el link de los programas de Caloi en su tinta. Ahí veo que alguien deja su blog, entro y me encuentro con un animador con muchísimo potencial, oriundo de la hermosa Mendoza. Ya sé a quién llamar para hacer efectos especiales digitales...
Miren 7NA y díganme si no deliran con los cassettes...
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