Panyfiestas
sábado, octubre 20, 2007
Diga 33
Dos días antes de cambiar el número de la unidad de mi edad, en un simple movimiento sin esfuerzo como lo es el agacharse, sin tener a ningún sobrino o mochila encima, la espalda, a la altura de la cintura, se empezó a incendiar con un dolor espantoso. Tanto, que hasta me hacía saltar las lágrimas.

Parece que la combinación bicicleta-danzas españolas era un combo demasiado fuerte para mi cuerpo. En fin...