Ella vio la tela y puso el grito en el cielo "Qué diviiiiiiiiiiina!!!!!". Luego, por supuesto, me preguntó si me gustaba, porque la pollera la iba a usar yo. Dándole mi consentimiento, encargó 2 metros y tres días más tarde se apareció con el producto terminado en mi casa. "Qué diviiiiiiiiiiina!!!!!", grité yo. Y tanto, que desde que me la puse sólo me la saqué para dormir y para la foto, para que todos puedan observarla y digan "Qué diviiiiiiiiiiina!!!!! Quiero una!!!!!" o bien "Qué diviiiiiiiiiiina!!!!! Quiero una para mi mujer, hija, novia, hermana, madre, etc". Porque es así: Mar de Amores habrá cerrado, pero Peri lo mantiene vivo dentro de su corazón y su máquina de coser.Ya vendrá el segundo informe cuando reciba mi segunda peripollera, más formal que ésta, pero con una tela igualmente divina.
P.D.: el tercer "Qué diviiiiiiiiiiina!!!!!" o similar, lo dijo mi madre, que ya le encargó un solero con la misma tela.
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