¿Qué es eso que está ahí?
Al principio, no entendió. Estaba mareada de dar tantas vueltas. Se frenó casi en seco al verlo. Algo había aparecido casi en el centro de esa habitación, así, de golpe, pero sin ningún ruido, sin nada que lo anunciara. Trató de calmar su respiración, sin quitar la vista de ¿qué es eso, un baúl? Eso parecía, al menos. Era como una caja, con una tapa, de algún material que parecía duro. Marrón oscuro, tal vez fuera de madera, pero no estaba segura. Sin darse cuenta, eso le llamó tanto la atención que se había quedado dura, con los pies clavados en el piso. Por unos segundos se quedó en blanco. Ya no se le ocurría qué podía estar pasando, ni cómo, ni por qué. ¿Y cómo carajo apareció esto acá si esto está cerrado por todos lados? Quiso gritar, pero gritó para adentro y afuera apenas se escuchó un gemido.
De pronto sintió un dolor en su mano derecha. No había notado que había cerrado el puño hacía un rato y que se estaba clavando las uñas en la palma. Se quedó mirando la mano, habían quedado las marcas de su desesperación ahí. Un ruido brusco la sacó de su observación. El ruido había sonado y retumbado dentro de la habitación, pero ¿qué fue? Miró el baúl detenidamente, pero no quiso acercarse. Lo que daría por saber qué mierda está pasando acá... Se sentó, se dejó caer sería más preciso, en el piso y se refregó la cara con las manos, intentando no llorar. Otra vez el ruido, pero no llegó a ver qué era lo que lo hacía. Mierda, mierda, mierda, no me digas que ese ruido lo hace esa cosa...
El baúl se movió bruscamente, casi saltó y, sí, el ruido era ése. Se paró lo más rápido que pudo y se apoyó en lo que le pareció la pared más alejada al baúl, sin quitarle la vista de encima. La puta madre, hay algo ahí adentro. "¿Qué mierda pasa? ¿Qué están haciendo? ¿Qué mierda metieron acá?". Silencio. Y seguía sin poder gritar. Apretó la mandíbula lo más que pudo para que no temblara y las lágrimas comenzaron a salir. El baúl volvió a saltar, como si algo desde adentro lo moviese, algo encerrado.
"¡Sáquenme!", por fin gritó. "¡Me quiero ir, sáquenme!". A cada grito, el baúl le respondía con un sacudón. "¡Sáquenme!". Tardó en darse cuenta que cuanto más gritaba, más se movía el baúl. "¡Sáquenme de acá!" Siguió gritando hasta que el llanto pudo más y le cortó la voz. Unos segundos después se dio cuenta que el baúl estaba quieto y otra vez el silencio invadía todo. Hizo un último esfuerzo y se concentró para que el baúl desapareciese, que el sueño terminase. No podía aceptar que eso no era una pesadilla, que eso estaba pasando realmente. No tiene sentido, nada tiene sentido, esto no... no tiene sentido.
Dudó. Pero no tenía mucho para hacer. Así que comenzó caminar, lentamente, sin dejar de rozar la pared, sin dejar de ver el baúl. Quería dar la vuelta completa, para verlo desde todos los lados. El corazón latía demasiado rápido, tenía pánico de que el baúl volviera a moverse en cualquier momento. Pero eso no se movía.
Lo vio desde un costado y siguió caminando hasta llegar del otro lado de la habitación, justo donde la pared estaba más cerca del baúl. Se quedó helada. Había una inscripción en el baúl, o al menos eso parecía, no podía verlo bien, estaba como tallada en el baúl, pero no había suficiente contraste como para leerlo desde lejos. Hizo lo posible para leerlo sin acercarse. Me estás jodiendo. Hasta casi sonrió cuando empezó a descifrar lo que decía. No puede ser. Y la única forma de saberlo, era acercándose al baúl. Pero no quiero, no me puedo acercar a eso, me están jodiendo la puta madre... Respiró, tratando de calmarse y de juntar algo de valor, si es que se podía llamar así. Fue avanzando lo más lento que pudo, sin sacar la vista de la inscripción. Y apenas confirmó lo que le pareció que decía, se volvió hacia atrás lo más rápido que pudo.
PARA SALIR, ABRIR.
(continuará y terminará en la próxima)