Panyfiestas
domingo, julio 02, 2006
ESO QUE ESTÁ AHÍ
Abrió los ojos. Y no entendió nada. ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo había llegado hasta ahí?

Estaba medio boleada. Se sentía un poco mareada y tenía la vista borrosa. Igual giró, intentando ver dónde estaba. Era todo tan blanco, tan luminoso, que eso le molestaba a su ya molestada visión. Entrecerró aún más los ojos, tratando de hacer foco en algo. Pero, ¿cómo, es posible? ¿Todo blanco? Cuatro paredes, techo, piso... ¿y no hay una puerta? La vista se le fue acostumbrando, muy de a poco. Y seguía sin ver más que eso: todo blanco. Se acordó de un cuento que había escrito hacía mucho tiempo, ése que había ganado un concurso. El protagonista terminaba encerrado en una hoja blanca... Ja, está bien, estoy soñando. Sólo que... ese escritor estaba en un sin fin blanco, y acá hay techo, y paredes. Bueno, sí, puede ser una variación, no tiene por qué ser igual. Lo escribí hace tanto ese cuento...
Y sintió una puntada en el pecho, justo ahí donde hacía dos meses se había golpeado. Pero ella sabía que no era por el golpe, era porque le agarró una súbita nostalgia por aquella época en que escribía y escribía y escribía... Ahora estaba, qué curioso, ¡en blanco! Justo como el escritor del cuento, justo como ese lugar donde estaba.

Bueno, muy lindo todo, cambiemos de lugar porque me estoy aburriendo. A veces, ella podía controlar levemente sus sueños. Cuando se daba cuenta que era un sueño, claro. Y como creía que esto era un sueño, intentó cambiar algo. Pero no pasó nada. Ajá... Esto pinta tremendamente aburrido... Suspiró... No quiso pensar, pero sabía que se estaba poniendo nerviosa. Aunque fuera un sueño, igual era perturbador. Si es que era un sueño.

"¿Hola?" dijo. "¿Hay alguien?" No sólo era lo blanco, se dio cuenta. El silencio también era sumamente molesto. Era como estar en la nada, pero en una nada limitada por las paredes, el techo y el piso. ¿Eran nervios o era ansiedad? Okey, ya me voy a despertar... "¿Hola? ¿Me puede decir alguien dónde estoy?". Volvió a exhalar, pero fuerte. Cerró los ojos apretando los párpados. Los volvió a abrir apenas, con la esperanza de que el lugar hubiera cambiado. La paranoia, esa maldita compañera inseparable, se le acercó. Esto no es un sueño, ¿será alguna clase de experimento? Trató de buscar alguna cámara oculta en el borde entre el techo y las paredes. Tocó una de las paredes. Miró hacia al piso, se agachó y lo tocó. El corazón le empezó a latir cada vez más fuerte. Bueno, basta con esta broma de mal gusto, ¿qué carajos pasa? ¿Querrán ver qué reacciones tengo al encontrarme en un cubo blanco, así, de repente, sin ningún tipo de indicio?
"¿Qué pasa? ¿Por qué no me habla nadie?". Le empezó a picar el cuello. Comenzó a rascarse, no muy fuerte, sin dejar de ver hacia las paredes, a ver si algo cambiaba. Ya hacía varios minutos que estaba ahí, sin saber cómo, por qué o para qué. O dónde estaba. El labio inferior tembló levemente y ella se lo mordió. No quería perder la calma. Y no quería que ellos vieran que perdía la calma. Porque esto es algún tipo de experimento, ¿no? Ver qué reacciones tengo al... ¿Pero cómo llegué acá? Su respiración se fue agitando. Empezó a girar sobre sí misma. Alguna de las paredes tiene que ser distinta, si no, ¿por dónde me entraron? Tiene que haber alguna entrada oculta en algún lado... Y giraba sobre sí, pero todo era igual: las paredes, el techo, el piso, las paredes, el techo, el piso, las paredes, el techo, el piso, las paredes, el techo, la caja, el techo, elpisolasparedeseltecholasparedeselpisoeltecholasparedesel... ¿Qué es eso que está ahí?

(continuará)