Como si no fuese suficiente con los aparatos electrónicos adquiridos en los últimos meses, incluyendo la banda ancha y programas de la computadora que ya debería saber manejar mejor, ahora me encuentro con esta locura internética, gracias/por culpa de una prima (a quien no nombro por cuestiones, digamos, de reserva de identidad - chuick para tí) que se abrió uno de estos cosos llamados blogs y me invitó a leer el suyo... Caramba, y yo también puedo abrir uno...
Entonces retomaré, con el poco tiempo libre que me queda (que no debería quedarme nada si hiciese las cosas que debo), esto de las Panyfiestas, que, supongo, seguirán asustando a más de uno como en la primera edición.
Aunque, algunos, no se horrorizaron en absoluto, ya me conocen lo suficiente como para no asustarse si dan un vertiginoso viaje al interior de mi embrollado cerebro.
En fin... muchas, demasiadas, cosas han pasado en los últimos meses, y aún más cosas se dispararon en mi marote, así que podrán entrar seguido a este lugar y ver en qué cornetas estoy pensando.
Saludos